miércoles, 30 de enero de 2013

Capítulo 34.




(Louis)

Salimos de la habitación y en la recepción ya estaban Alice, Niall, Ash y Harry. Estuvimos hablando un rato, bueno, más bien, Carol les estaba explicando detalladamente mi sorpresa, creo que ese día lo recordaría toda la vida. Unos minutos después, bajaron los que faltaban y fuimos todos juntos a comer. Pasamos una comida como casi siempre, llena de risas, era genial cuando estábamos los diez, hacíamos el idiota (unos más que otros) sin importarnos lo que la gente que había alrededor pensara. Después de comer, estuvimos durante toda la tarde viendo detenidamente las instalaciones del hotel y los alrededores y volvimos al restaurante para cenar. Cuando terminamos, preguntamos en recepción cada cuanto tiempo salían los autobuses hacia el parque temático, sí, había que coger autobuses para llegar allí y subimos a las habitaciones.

- Mañana a las 8 y media en recepción.-dijo Liam.- Ni un minuto más, Zayn.-éste rió.
- Que sí, que lo he entendido, a y media.-le contestó.
- Buenas noches.-dijeron Alice y Niall prácticamente a la vez lo que hizo que el resto riéramos.
- Y vosotros cuidadito con lo que hacéis, zanahorios, que estamos al lado.-nos dijo Harry a Carol y a mí.
- Lo mismo digo, Rizos. No hagáis demasiado ruido.-contraatacó Carol y Ash se puso roja inmediatamente.- Uuuuh, ¡noche de chicas urgente en cuanto pongamos un pie en Londres!
- ¡Hecho! –gritaron Rose, Alice y Emma a coro mientras la pobre Ashley trataba de esconderse tras la espalda de Harry.
- ¡Hasta mañana! –dijo Rose y todos entramos en nuestras respectivas habitaciones.

(Emma)

Sabía lo mucho que le gustaba dormir, así que me levanté de la cama intentando no despertarle y me metí en la ducha. Salí con una toalla enrollada al cuerpo y me acerqué a la cama para despertarle.

- Levanta, moreno.-dije dándole un beso en la mejilla.
- Un poco más, por fa.-se dio la vuelta.
- Ya oíste a Liam anoche, nada de un minuto más.-reí.- Vamos, despierta o me voy sola con ellos y te quedas aquí.
- Vale, vale.-dijo volviendo a la postura de antes, mirándome desde la cama.
- ¿Qué?
- Estaba pensando que podíamos quedarnos tú y yo aquí todo el día, ¿no? –me cogió del brazo, acercándome a él para darme después un beso en los labios. Negué levemente con la cabeza.- ¿Hay alguna manera de convencerte? –sonrió pícaro y volví a negar. Me besó de nuevo, esta vez un beso más largo.
- Que no.-sonreí separándome de él.- No hemos venido hasta aquí para quedarnos en el hotel, así que, venga, mueve el culo, moreno.-dije riendo.
- Como la señorita diga.-dijo levantándose al fin de la cama y se metió a la ducha.

Me vestí y mientras él se vestía aproveché para secarme el pelo, después salimos de la habitación para ir al punto de encuentro con los demás.

(Harry)

Esta vez llegamos los últimos, y como no, nuestro Nialler nos regañó por retrasarnos un minuto, claro, su estómago ya necesitaba algo de comida. Fuimos al bufet del hotel a desayunar y cuando terminamos, nos subimos al autobús que nos llevaría al “Magic Kingdom Park” sí, al que tiene el castillo de Cenicienta y donde todos los personajes Disney cobran vida. Entramos después de enseñar nuestras entradas y de verdad parecía que estábamos dentro de aquellas películas que habíamos visto cada día durante nuestra infancia.

En cuanto entramos, mi Rubia me cogió del brazo y ambos corrimos hacia el pato Donald cuando le vimos en la entrada. Nos hicimos una foto mientras veíamos a Liam correr hacia otro lado gritando “Es Buzz Lightyear, ¡hasta el infinito y más allá!” En realidad, parecíamos niños pequeños.

Recorrimos el parque durante todo el día, haciéndonos un montón de fotos con todos los personajes que veíamos y montando en casi todas las atracciones. Como era día 31, es decir, fin de año, había una programación de espectáculos especial a la que por supuesto asistimos. Cenamos en el “Tony’s Town Square Restaurant” sí, el que aparece en la película de la Dama y el Vagabundo, así que nos podéis imaginar a los diez intentando recrear la escena del espagueti que sale en la película. Después de cenar, exactamente a las doce, esperamos la cuenta atrás frente al castillo de Cenicienta y cuando se escuchó el grito de “uno” salieron un montón de fuegos artificiales iluminando el cielo. Miré a Ashley que no había hecho más que sonreír desde que estábamos aquí y poniendo una mano en su mejilla, la besé. ¿Qué mejor manera de empezar un nuevo año que con un beso y escuchando un “te quiero” de la persona que te hace feliz?

(Carol)

Los días que nos quedaron estuvimos recorriendo otros parques temáticos como el de los estudios Disney en Hollywood. Pasamos unos días maravillosos, sin duda, las mejores vacaciones de mi vida.

Volvimos a Londres, sí, había estado más que genial el viaje, pero teníamos que volver a la realidad, nosotras a nuestra vida universitaria y ellos a la suya de estrellas mundialmente famosas, porque en un mes empezarían la gira mundial y tenían que empezar con los ensayos.

Después de la vuelta, pasé unos días de estudio intensivo ya que la siguiente semana tendría todos los exámenes, así que por desgracia Louis y yo no nos vimos mucho durante esos días aunque eso sí, en cuanto él tenía unas horas libre se pasaba por casa y pasábamos un rato juntos.

Era jueves y al fin todas éramos libres de los dichosos exámenes. Habíamos quedado en tener mañana esa noche de chicas que necesitábamos y además, ese fin de semana era el cumpleaños de Zayn así que saldríamos a celebrarlo todos el sábado con una buena fiesta. Justo llegaba a casa cuando recibí una llamada totalmente inesperada.

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¡Hola! Sé que vuelve a ser corto y quizás algo aburrido pero hoy no me daba tiempo a escribir más y os dije que subiría el martes, así que no lo quería retrasar tampoco mucho. Espero que aún así os haya gustado. Prometo que este finde (qiuzás el viernes) subiré uno más largo, ah, y os voy avisando de que quizás las cosas en un par de capítulos o así dejan de ser tan de color de rosa. Muchísimas gracias. Os quiero.
Sarai.

domingo, 27 de enero de 2013

Capítulo 33.



(Carol)

En cuanto entramos en el aeropuerto conseguí sonsacarle dónde íbamos ahora: a Orlando. El viaje en avión duró unas tres horas más o menos que pasamos entre leyendo, charlando, y escuchando algo de música.

- ¡Al fin llegáis! –gritó una voz a nuestras espaldas. Nos giramos y allí estaban las otras cuatro parejas.
- ¿Pero…? –pregunté sin entender nada.
- ¡Sorpresa! –gritaron las chicas y reímos.
- Teníamos que empezar el año todos juntos.-dijo Liam.
- Claro, ¿qué te creías, Rubia? ¿Qué te íbamos a dejar tantos días a solas con tu chico? –dijo Harry abrazándome de lado.
- Pues no hubiera estado mal.-le saqué la lengua.
- Así que no te alegras de verme, ¿eh? Vale, vale…-dijo haciéndose el ofendido.
- Ay que tontito eres, Rizos.-dije abrazándole de nuevo.- Claro que me alegro de verte.-besé su mejilla.- ¿Y vosotros cuando habéis llegado? –pregunté a los demás.
- Hace una hora más o menos.-me contestó Emma.
- Por cierto, enhorabuena por la boda.-dijo Zayn abrazándome. Y es que  no nos habíamos visto ya que todos habían estado con sus familias en Navidad.

Salimos todos juntos del aeropuerto, nos dividimos en tres taxis que nos llevaron hasta el hotel. Zayn, Emma, Louis y yo íbamos en el mismo y al ver donde llegábamos, Emma y yo soltamos un grito en señal de sorpresa. El taxi nos dejó frente a un hotel “Disney’s Coronado Spring Resort”, era totalmente impresionante. Nos bajamos del taxi, cogimos las maletas y Em y yo miramos a las demás: igual de alucinadas que nosotras, juraría que ninguno de los chicos las había dicho que iríamos allí.

Entramos al hotel que por dentro era muchísimo más impresionante que por fuera, si es que eso era posible. Los chicos se dirigieron al mostrador de recepción mientras que nosotras seguíamos mirando todos los detalles. Les dieron las tarjetas con las que se abrían las cinco habitaciones y subimos. Estaban las cinco seguidas, nos despedimos quedando en recepción en una hora para comer y pasar la tarde dando una vuelta por allí.

- Haga usted los honores, señorita.-reí cogiendo la tarjeta y entramos en la habitación. Era enorme, con muebles en marrón y en el centro una cama bastante grande con el edredón blanco y detalles en azul que dejaban ver la silueta de esas dos orejas redonditas tan conocidas en el mundo Disney.
- Esta habitación es gigante.-dije tumbándome en la cama.
- Es genial, ¿eh? –se tumbó a mi lado y asentí con la cabeza.
- ¿Sabes que están siendo las mejores vacaciones de mi vida?
- Me encanta oír eso.-besó mi nariz y se levantó.- ¿Habrá que deshacer la maleta, no? –asentí con la cabeza y ambos nos pusimos a sacar toda la ropa y a colocarla en el armario. Cuando llegué al fondo de mi maleta descubrí tres paquetes que yo misma había metido ahí, me eché a reír.-¿Qué te hace tanta gracia? –me preguntó.
- Que soy la persona más idiota que hay en este mundo.-reí de nuevo. Él me miraba sin entender nada.- Llevan tus regalos todo el viaje en la maleta, si me descuido volvemos a Londres y aún no te los he dado.
- ¿Mis regalos? ¿Qué regalos?
- Pues los de Navidad y tu cumpleaños. Pensaba dártelos cuando volvieras de Doncaster pero como el señorito me sacó de casa con mucha prisa, los metí en la maleta y en Nueva York con la sorpresa y todo, se me olvidó.-expliqué. Cogí los tres paquetes y los saqué de la maleta.- Toma, primero este.-sonreí dándole uno pequeño, con forma cuadrada, finito.
- No tenías que regalarme nada.
- No empieces, tú me regalas cosas y yo a ti también.
- No es lo mismo.-protestó.
- ¿Quieres abrirlo y callarte de una vez, pesado? –me senté en la cama, mirándole mientras lo desenvolvía.- ¿He acertado? –pregunté.
- Totalmente.-sonrió mirándome y se acercó para besarme. Era el último cd que “The Fray”, su grupo favorito, había sacado a la venta.
- Ahora este.-le di otro paquete, esta vez más grande y blandito.
- ¿Otro más? –le miré diciendo que se callara y lo abrió.- ¿Cómo sabías que la quería? –preguntó mientas miraba la cazadora vaquera.
- Eres como un niño, cuando ves algo que te gusta te quedas mirando el escaparate un buen rato.-reí.
- Con que como un niño, eh. –levantó la ceja acercándose a mí. Asentí con la cabeza.
- De unos.-hice una pausa.- cinco años, más o menos.-Y en ese segundo que me descuidé, ya le tenía encima, haciéndome cosquillas y yo riendo a carcajada limpia.- Vale ya, por favor.-dije entre risas y lo hizo.- Este es el último.
- Con el cd hubiera bastado.-dijo.
- Si claro, yo te regalo un cd y tú un viaje a Nueva York con concierto de los Jonas incluido, vamos, casi lo mismo.-dije irónicamente.
- ¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero, pequeña? –El último regalo era una pulsera, bueno, una esclava de plata, por la parte que quedaría a la vista, había grabado su nombre y por detrás una frase de dos palabras: “Only you”.
- Siempre está bien escucharlo una vez más.-nos besamos un par de veces más y terminamos de colocar las cosas en el armario ya que, si no había más desplazamientos, pasaríamos allí unos seis días.

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¡Hola chicas! Sí, sé que es cortísimo pero bueno, espero como mañana no tengo clase poder escribir de la otra fic y de esta, o si no, como muy tarde, el martes tendréis otro y os prometo que más largo. Espero que os haya gustado, os he dejado el link del hotel donde podéis ver la foto de las habitaciones y demás, para que si queréis lo veáis más claro. A mí desde luego me encanta *-* Muchísimas gracias a todas. Os quiero.
Sarai.

miércoles, 23 de enero de 2013

Capítulo 32.



(Louis)

- Despierta, dormilona.-dije dándola un beso en la frente.- Vamos, o llegaremos tarde a tu sorpresa.-dijo y abrió los ojos.
- ¿Es hoy? –preguntó dándome un beso en la mejilla.
- Dentro de un rato.-contesté.- Esto es para ti.-saqué un paquete de detrás de mi espalda y se lo di. Me miró extrañada.- Lo usarás en la sorpresa.
- Pero Lou, yo ya tengo una en casa.-dijo mirando la cámara de fotos.
- ¿Y? Esta es mejor, hace unas fotos geniales.
- No puedo aceptar tantos regalos.-dijo devolviéndomela.
- Eh, ni se te ocurra. ¿Eres mi chica, no? Puedo hacerte todos los regalos que quiera.-y no dejé que dijera nada más depositando un beso en sus labios.- Y levántate, al final vamos a llegar tarde.
- ¿Tengo que cambiarme? –preguntó levantándose de la cama.-
- Sí, irás bien con.-dije mientras rebuscaba en su maleta.
- Oye, no lo revuelvas todo.-dijo riendo.
- No te quejes. Toma.-le di unos vaqueros oscuros, una camisa rosa a cuadros con una camiseta blanca de tirantes para dentro, sabía que la gustaba llevar la camisa abierta y las converse rosas.
- Me voy a congelas con esas zapatillas, Lou.-rió.
- Vístete y no le pongas pegas a todo.
- Voy, voy.-dijo riendo metiéndose al baño. Mientras ella se cambiaba yo hice lo mismo. A los pocos minutos salió con lo que le había elegido.- ¿Qué tal? –preguntó girando sobre sí misma.
- Preciosa.-sonreí.- de ahora en adelante seré tu estilista personal.-reímos.
- Oye, ¿qué insinúas? –dijo poniendo los brazos en jarra.
- Nada, nada.-La robé un beso, cogimos el abrigo, guantes, ella una bufanda y la cámara de fotos porque la necesitaría, y agarrados de la mano salimos del hotel.

(Carol)

Nos subimos en un taxi aunque fue algo difícil: las directioners se habían enterado que estábamos allí y ya se agolpaban en la puerta del hotel. Él seguía negándose a decirme dónde íbamos así que lo dejé por imposible y me dediqué a observar las calles de Nueva York iluminadas por los adornos navideños. Tardamos unos quince minutos en llegar a donde se suponía que estaba mi sorpresa. Bajamos del taxi y no podía creer estar frente al edificio que estaba. Me di la vuelta para mirarle.

- ¿Me tomas el pelo, verdad? –dije y él negó con la cabeza.- Pero ¿cómo? Las entradas se agotaron a los 10 minutos, Lou.
- Lo sé, pero yo conseguí dos para nosotros.-sonreí ampliamente.
- Vamos, está a punto de empezar.-dijo y cogidos de la mano entramos en el Radio City.

Estaba hasta arriba de gente, no entraba nadie más. Me llevó hasta los asientos donde teníamos las entradas, situados en una especie de palco. Asientos que no utilizaría para nada en absoluto, no pensaba sentarme ni un minuto durante aquel concierto.

- No me lo puedo creer.-dije apoyándome en la barandilla, asomándome un poco para ver el ambiente de la pista y me puse a hacer alguna foto. Aún quedaban unos minutos para que empezara.
- Ves como la ibas a usar hoy.-rió. Él si había ocupado el asiento.
- Sonríe.-le pedí y le hice una foto. Hizo un movimiento con la mano, diciéndome que me sentara sobre él y nos hicimos otra foto juntos.- Va a ser el mejor día de mi vida.-dije.
- Eh, creía que ese día sería cuando te casaras conmigo.-protestó.
- Rectifico, este será el segundo mejor día.-sonreímos y nos besamos.

Nos vimos interrumpidos por los gritos que causaron las primeras notas que sonaron gracias a una guitarra. Me levanté de las piernas de Louis y prácticamente me abalancé sobre la barandilla. Se abrió el telón dejando ver a mis queridos hermanos de New Jersey que significaban tanto para mí. Tocaron todos sus éxitos desde “S.O.S.” hasta “Paranoid” pasando por “Burnin’up” o "That's just the way we roll" y hasta tres canciones nuevas. No paré de cantar y bailar durante todo el concierto y seguía sin creer que estaba allí, viéndolos en su primer concierto juntos desde hacía bastante tiempo.

- ¿Lo has pasado bien? –Me preguntó abrazándome desde atrás cuando terminó el concierto.
- Tardaré una eternidad en agradecerte esto.-sonreí mirándole.
- Se me ocurre por dónde empezar.-sonrió pícaro y recibío un golpe en el hombro.- Auh.-se quejó.- Pues la cosa no acaba aquí.-dijo y prácticamente me arrastró escaleras debajo de la mano.
- Espera, espera, no me digas que…-sonrió respondiendo a la pregunta que iba a hacerle.- Que vergüenza, Lou.-hice que paráramos de andar por el pasillo por donde el de seguridad nos había dejado pasar después de que Louis hablara con él.
- ¿Qué pasa? –me preguntó mirándome.
- Que no voy a entrar ahí, moriré de vergüenza.-dije y él me cogió de las dos manos.
- Sí que lo vas a hacer, vas a hacerte un par de fotos y a charlar con ellos un rato.-sonrió y me besó.- Vamos.-llamó a la puerta y escuché un “Adelante” Esa voz era la de Kevin seguro. Abrió la puerta y se asomó.- ¿Podemos pasar? –preguntó Louis.
- Claro, pasa.-ése era mi querido Joe.- ¡Cuánto tiempo! –le saludó con un apretón de manos.- Nick, Kev, él es Louis, Louis, Nick y Kevin.-hizo las presentaciones. ¿Es que acaso Louis y Joe se conocían? Ya preguntaría más tarde.
- Ella es Carol, mi prometida y una fan incondicional vuestra. Creo que no ha saltado tanto en toda su vida como esta noche.-me sonrojé y sonreí tímidamente mientras los cuatro reían por el comentario de mi chico. Entonces, recibí un abrazo de Kevin. Esto era increíble. Saludé también a Nick y Joe con un par de besos. “Oh, God. Me muero aquí mismo” pensé.

(Louis)

Estaba disfrutando como una niña al ver sus regalos bajo el árbol el día de Navidad. Al principio estaba algo más callada, algo normal en ella debido a lo tímida que era pero poco a poco se fue metiendo en la conversación que los chicos y yo manteníamos y acabamos pasando un rato muy divertido y agradable. Les hice unas cuantas fotos y después nos despedimos de ellos, quedando en que la próxima vez que coincidiéramos saldríamos todos a cenar por ahí.

Volvimos en taxi al hotel y después de atravesar la recepción, entramos en el ascensor para subir hasta nuestra habitación.

- ¿Joe y tú os conocíais y no me lo habías dicho? -preguntó.
- Lo conocimos los chicos y yo un día que él estuvo en Londres.-contesté. Nos quedamos un momento en silencio. - Por un momento pensé que te irías con Joe.-bromeé.
- Cada día eres más tonto, ¿verdad? –me dijo antes de salir del ascensor.- No te cambiaría por nadie en este mundo, que te quede bien claro, Tomlinson.-sonreí mientras andábamos por el pasillo.
- Soy TU tonto, ya lo sabes.-entramos en la habitación.
- Solamente mío.-dijo rodeando mi cuello con sus brazos.- Gracias por lo de hoy, ha sido fantástico.-sonrió y yo lo hice con ella.

Juntamos una vez más nuestros labios y varios besos nos hicieron caminar hasta caer en la cama para terminar la noche de una forma más que perfecta.

(…)

El día siguiente estuvimos de compras por Nueva York, algo que ambos adorábamos y volvimos al hotel con demasiadas bolsas de ropa que no sabíamos cómo íbamos a hacer para meter en la maleta cuando llegara la hora de volver.

Pasamos un par de días más allí recorriendo aquella maravillosa ciudad. Era día 30 y ella pensaba que seguiríamos allí hasta el día 3 cosa que no era así.

- ¿Entonces dónde vamos ahora? –me preguntó cerrando su maleta.- Y no quiero más sorpresas, Tomlinson.-dijo amenazándome con el dedo índice apuntándome mientras se acercaba a mí.
- No creo que hayan sido tan malas mis sorpresas, ¿no? –dije cogiendo su dedo y dándola después un beso en la nariz.

Terminamos de recoger, bajamos a recepción a pagar y cogimos un taxi para llegar hasta el aeropuerto, en una hora saldría nuestro vuelvo hacia nuestro siguiente destino.

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¡Hola chicas! Aquí la sorpresa, tachán. Siento si a alguna os ha decepcionado que haya sido eso, seguro que algunas pensáis "vaya, pues no era para tanto", pero bueno, mi mente jonatic me pedía a gritos que mis tres hermanos hicieran una pequeña aparición en la fic y ¿qué mejor que de esta forma? Seguro que las que sois jonatics como yo recordáis el concierto que dieron en el Radio City que fue espectacular aunque ya sé que fue en octubre y en la fic estamos en diciembre pero como es ficción hago con las fechas un poco lo que me da la gana JAJAJAJA. Espero que aunque nos os gusten los Jonas, os haya gustado el capítulo. Por si todavía no lo habéis hecho, pasaros por mi nueva fic de los chicos: http://makeyoufeellikethefirsttime.blogspot.com.es/ Creo que nada más por hoy, muchas gracias, espero subir pronto. Os quiero.
Sarai.